En Nocturno de la haitiana, el autor prosigue la línea creativa iniciada en Good bye, Filadelfia, ahora asumiendo un hecho histórico cuyo protagonista fuera el mayor general Antonio Maceo y Grajales en el húmedo invierno de 1879, poco después de la célebre Protesta de Baraguá. Con dominio del suspense reconstruye el intento de asesinar en Haití al patriota cubano, y la evocación del conflicto la logra con los genuinos recursos del género policial contemporáneo.