El hallazgo de una piedra perteneciente a otra civilización lleva a Filipa a un lugar tenebroso y peculiar: el mundo de los muertos. Allí, no solo conoce a Sebastián, sino que también –y por una extraña razón— pierde su cara. Para recuperarla vivirá innumerables aventuras junto a su amigo y aprenderán que frotando la piedra se abren portales que los llevan a diferentes lugares de Chile. Conocerán Isla de Pascua, el sur y el norte del país, y también conocerán a extraños y terroríficos seres como el Nguruvilu, el Camahueto y el Pillán.