, Sloterdijk vuelve su cabeza reflexiva y enfrenta los fantasmas de la cultura occidental y alemana, preguntándose qué deberíamos hacer con respecto a los riesgos biológicos, respecto al fatalismo que está inscrito ya en los códigos genéticos. Si el hombre es el pastor del hombre, ¿debería una elite manipular los riesgos genéticos para desarrollar, a través de los métodos antropotécnicos, un mejor liderazgo para la comunidad y mejorar su misión pastoral y civilizatoria, como el humanismo secular y religioso ha venido haciendo desde épocas clásicas?