Se ha estado anunciando desde hace años como una catástrofe inevitable. ¿Ha sido para alertarnos o para que nos habituemos a ella?
Tras el avance de la ultraderecha en las últimas elecciones europeas y el adelanto de las legislativas en Francia, es posible que ese acontecimiento que tanto temíamos se materialice como la continuación de lo que sabíamos que iba a ocurrir y no supimos ni pudimos evitar. Y comprenderemos, demasiado tarde, que a fuerza de esperar esa catástrofe no nos enteramos de que ya había llegado.