Este libro tiene el acierto de comenzar su camino con la vulnerabilidad, condición y raíz de nuestra común humanidad. Todos somos vulnerables y, en todos, nuestra vulnerabilidad ha sido vulnerada. ¿Por qué es este el principio y fundamento de un dinamismo ético inigualable? Nacemos en un mundo roto y herido. Nacemos del don y de los abismos, de la gracia y del pecado, del compromiso y del olvido, del amor y del odio. Lo que cambia la historia es un corazón vulnerable-vulnerado que se conoce y reconoce herido e hiriente y que, compasivo ante las heridas de los otros, alarga su mano ante las heridas del otro.