saber lo que se siente al montar en moto, el viento en el pelo, la carretera al rojo vivo, el poder, la libertad. Y luego relajarse en las Cascadas, hacer una barbacoa y beber cerveza. Has estado aquí encerrada durante casi un mes. Vas a salir. Tienes que empezar a vivir, cariño. Los hombres están de vuelta y te protegerán, es hora de que empieces a divertirte un poco, ¡coño!
Sostuve en las manos la ropa ajustada de cuero negro y abrí la boca de par en par. Los pantalones eran muy cortos y el top de tirantes escaso, todo de color negro y con el parche de los Verdugos estampado. Para terminar, una chaqueta entallada, también de cuero negro.
—Preciosa, no puedo.
—Niña, te juro que como vuelvas a decir eso voy a ponerme a gritar.
Hermosa