La bipolaridad es un don
La bipolaridad es un don.
Si está dormido, de nada sirve.
La bipolaridad es un talento.
Si está estancado, se transforma en síntoma.
La bipolaridad es una herramienta.
Si no aprendemos a emplearla, puede lastimarnos y lastimar a otros.
La bipolaridad dormida, estancada e ignorada nos conduce a la infelicidad y a estar ausentes del presente.
La bipolaridad despierta, fluyente y asumida
proporciona la capacidad de ser una persona
autónoma pero solidaria,
flexible pero asertiva,
interesada en todo mas no dispersa,
imaginativa pero realizadora,
sensible pero fuerte,
intuitiva pero no impulsiva,
apasionada pero serena,
capaz de dominar los matices sin ser ambigua,
compasiva y plenamente presente en el presente
y, sobre todo, feliz.