Pedalear por la autopista varias horas al día, utilizando toda la obstinación de los músculos y la voluntad, no cura de una enfermedad cuyos síntomas son los siguientes: no saber lo que se quiere, ni adónde ir, ni cómo comportarse; intentar aplastar los pensamientos como a un insecto dañino; tocar la hierba, el suelo, los propios zapatos; masticar pan durante horas