sintió que se le paraba el corazón y que el pecho le dolía de reprimir tantos sentimientos. ¿Cuánto tiempo aguantaría así? ¿Cuánto tiempo podría seguir ocultando las emociones tan intensas, y en ocasiones dolorosas, que despertaba Simon en ella con un simple comentario o una caricia inocente? Su mente, que hasta ahora siempre la había guiado en la vida, y su corazón entraron en conflicto. Sabía que lo máximo a lo que podía aspirar con el increíble hombre que la estaba abrazando como si fuera la persona más importante de su vida era una relación de sexo sin ataduras y una amistad. Pero, aunque era consciente de eso, lo quería. ¡Era penosa!