Las historias de amor, los hijos, el trabajo, los estudios; sus anhelos parecen sueños, algo irreal sometido a las expectativas arbitrarias de su entorno: el abuso de los padres, el sobre control y abandono de sus parejas, la carga de enfrentar solas una crianza. Mientras la guerra centroamericana truena, los gritos de angustia no escapan de los muros del hogar.
La experiencia de una podría ser la de cualquiera, por eso en esta novela coral las mujeres no tienen nombres, aunque podamos oír lo que piensan. Como en su anterior libro publicado en 2019, El verbo J, Claudia Hernández experimenta con las formas de contar para entregar una realidad urgente, pero cotidianamente invisible, desde donde una mujer, o muchas, buscan su dignidad.