siempre y no riesgo y esfuerzo? Precisamente, porque no es fácil, es que convertirse en lector resulta una conquista. Precisamente, porque no es fácil, es que no es posible convertirse en lector sin la “codicia del texto”. Si leer fuese sólo vivir entre almohadones, los planes de lectura y otros afanes no tendrían el menor sentido. ¿Hizo falta alguna vez convencer a la gente de que la descansada contentura es una gran ventaja? En cambio, nos desvelamos por provocar la “codicia del texto”. Sabemos que sólo ella justifica el esfuerzo. Que leer vale la pena para develar el secreto. Y, sin embargo, antes de empezar a leer, el secreto está bien encerrado. ¿Cómo saber si es codiciable? Es codiciable, precisamente, porque lo único que promete es la lectura —el juego—, es decir, promete dejarse construir si dejamos que nos construya, promete decirnos algo.