Keneth no podía imaginar hasta dónde podía llevarle su odio. Odiaba a Leo Slade desde que era pequeño. La envidia por su fortaleza le había llevado a odiarle, y éste odio le llevó prácticamente a perderlo todo. Nadie, y mucho menos Keneth podía imaginar los límites de la lealtad de Logan, uno de sus hombres, a Leo. Tuvo que matarlo antes de que contara que él y sus hombres planeaban matar a Leo. Con lo que tampoco contaba era con el ansia de poder y la poca lealtad de sus hombres, que aprovecharán este crimen para llegar al poder. Y mucho menos con la astucia de Ruth, su criada, que es testigo del crimen, y hará lo que sea por avisar a Leo de lo que se trama en el rancho de Keneth.