Lamar Odom es sin lugar a dudas el enfant terrible de la reciente historia de la NBA. Hijo de un padre ausente y drogadicto y una madre que murió muy joven de cáncer, tuvo que abrirse camino en el barrio neoyorquino de Queens, donde muy pronto empezaría a demostrar un talento portentoso para el baloncesto, deporte en el que se refugiaría para huir de sus demonios.
En estas reveladoras y turbulentas memorias, Lamar Odom no solo da cuenta de su periplo en el mundo del baloncesto (de los Clippers a los Heat para acabar recalando en los Lakers, donde brillaría junto a sus amigos Kobe Bryant y Pau Gasol), sino también de su reverso más oscuro: su adicción a las drogas duras y al alcohol, sus trampas para eludir controles de dopaje, sus tórridos matrimonios y múltiples infidelidades, y su celebérrima y tóxica relación con Khloé Kardashian. Su carácter indómito e imprevisible le llevó al borde de la muerte tras una noche de excesos en Las Vegas, de la que sobrevivió para contar esta historia.