Nuestra huella digital, por ejemplo, dejada detrás del hilo de nuestras búsquedas en internet, contribuye a que los propios buscadores de información nos fidelicen a ella algorítmicamente, predeterminando nuestra conducta y haciéndonos reincidentes de acuerdo con patrones que pueden, además, influir en nuestra reputación social o en las posibilidades de contratación laboral