Tomar decisiones

Para algunas personas, hablar de discernimiento es hablar de sí mismas, de su propia manera de pensar y de resolver las cosas, lo cual no conduce sino a defender la propia iniciativa y la independencia. Esto es inadmisible en discernimiento, según J. M. Castillo, ya que discernir no es defender y afirmar el propio saber, sino renunciar al saber que procede del orden presente para entrar en otro saber más amplio y global16.

modo correcto de tomar decisiones es el de adquirir el mayor grado de libertad interior posible, liberándose de toda clase de miedos, fobias, prejuicios, complejos, sabiéndose en equilibrio y fiándose de la inclinación del yo total y responsable ante las oportunidades que se presenten.

el condicionamiento es todo lo que nos inclina por hábito interno o ambiente externo hacia lo que por vocación y existencia no somos realmente nosotros, y el miedo juega una parte fundamental de ese desequilibrio dañino. En última instancia, el proceso de elección se reduce a quitar obstáculos para restablecer el equilibrio, valorar la conciencia y ver lo que hay que ver, y elegir en libertad y casi espontaneidad lo que hay que elegir, sobre el fondo existencial de la totalidad de la vida.

decidir es optar, es un ejercicio de libertad, y esto lo hace maravilloso. Prepararse para decidir es discernir. Se tratará de que, a través del discernimiento, el sujeto se sienta libre de ataduras innecesarias, sin que al mismo tiempo actúe desde el más completo desorden moral o libertinaje12.

Ahondaremos en el discernimiento como elemento de conexión con la profundidad del ser, con esa parte de mí que es la piedra preciosa, el núcleo o esencia de mi mismidad. En el fondo de mi ser habita el Espíritu, decimos desde la perspectiva cristiana. El

discernimiento me va a exigir que las decisiones que van configurando mi vida me cuadren, me hagan bien, me conviertan más auténticamente en yo mismo.

1. Los motores internos

discernimiento es un estado, no solo un momento. Así decía Ignacio de Loyola que era muy útil a cada momento, cuando iba por un pasillo, de un lado a otro, preguntarse: «¿Adónde voy y a qué?»6. Esta pregunta le evitaba caer en el activismo y le ayudaba a conectar toda actividad con el fin y el sentido. Discernir tiene que ver con vivir con plena conciencia, reconociendo que la historia personal se realiza con las pequeñas elecciones cotidianas.

, cuando ya sabemos lo que queremos, el caminante siente a veces la necesidad de sacar el mapa para saber dónde está, para averiguar si, para llegar a donde quiere, el camino que sigue es accesorio o principal. Esto también es discernir

Mariano Martínez que el discernimiento abarca la existencia toda: interpretación de la vida y de los acontecimientos para darles su sentido más pleno. Para él, el discernimiento consiste en averiguar cuál es la naturaleza de las distintas inclinaciones, tendencias, actitudes, comportamientos y actos humanos, averiguando los intereses que los provocan5.