Hablar de Boca Juniors desde el prisma de la cultura es hablar del símbolo de un barrio único, irrepetible e imprescindible: La Boca. Un barrio que es una República y como tal, portador de una historia tapizada de sucesos y protagonistas determinantes para el resto de la nación. Barrio que debe su nombre a la boca del Riachuelo, cuando este río vierte sus aguas en el Río de la Plata. Lugar fundacional para muchos historiadores –en rigor, la mayoría de ellos— en donde en el año 1536, Pedro de Mendoza erigió la Ciudad de Santa María de los Buenos Ayres, cabecera del centro portuario rioplatense.
La vida cultural dentro de Boca Juniors ha tenido siempre una andadura sólida y permanente. Hombres y mujeres han dejado testimonio, año tras año, década tras década, de que la impronta del barrio se ha replicado en cada pasillo, en cada salón, en cada metro cuadrado del club.
De esos hombres y esas mujeres y de sus obras, nos hablan Ulises Barreiro y Sebastián Martincic en este libro. Los consocios de Boca Juniors y colegas del equipo de investigación pisan en esta obra, estos terrenos, de una manera inédita –hasta donde tengo conocimiento— para cualquier otro gran club del mundo.