Todo aquel que vive o ha vivido en pareja sabe que el Otro es un enigma. Yo también lo sé. Sí, sí, sí, una parte del Otro se nos escapa, sin lugar a dudas, porque el Otro es un ser misterioso que alberga sus propios secretos, es un alma tenebrosa y frágil, el Otro oculta para sí su parte de infancia, sus heridas secretas, intenta reprimir sus turbias emociones y sus oscuros sentimientos, el Otro debe como cada cual aprender a llegar a ser él, y consagrarse a no sé qué optimización de su persona, el Otro-ese-desconocido cultiva en su pequeño huerto secreto, pues claro, hace tiempo que lo sé, que no nací ayer.