“Un Mundo Feliz” presenta un hipotético escenario futuro en el que todo vestigio del pasado ha sido erradicado con la finalidad de sellar una nueva era de la humanidad totalmente desprovista de contenido y sentido histórico. El denominado Estado Mundial ha destruido la historia y el pasado porque su obsesión es solo el presente. El año en el que se desarrolla la acción de la novela es el 632 después de Ford. La nueva era comienza tras la fabricación del primer Ford T en 1908, fecha de partida de esta futura civilización. Por consiguiente, el año 632 después de Ford equivaldría al 2540 de nuestra era, aproximadamente. Los ciudadanos de este nuevo mundo desconocen por completo los valores morales, culturales y espirituales, porque han sido condicionados para imitar y seguir un despiadado canon capitalista que delata una adulterada, profética y perturbadora idea del bienestar. Veintisiete años después, Huxley escribe Nueva Visita a Un Mundo Feliz, donde se ve el grado en que su futurista obra se ha hecho realidad. Según Huxley, «la libertad individual está en peligro en el mundo entero. Poderosas fuerzas impersonales empujan hacia un totalitarismo muy poco humano, todo apunta en la misma dirección.” Huxley sostiene en esta segunda parte que «ha de iniciarse sin demora la educación para la libertad.” No está muy seguro de que la libertad triunfe, pero estima que “luchar por ella es el deber de todo hombre consciente.”