udín.
—¿Dónde está ese arponero? —pregunté al dueño—. ¿Es alguno de éstos?
—No. El arponero es una especie de negro, y no tardará.
Terminada la cena, pasamos de nuevo a la sala común, que no tardó en llenarse de un grupo de marineros salvajes, que según dijo el dueño era la dotación del Grampuss. Acababan de desembarcar y componían una buena colección de bandidos que se lanzaron inmediatamente al mostrador, dispuestos a acabar con todas las existencias de licor, si es que licor podía llamarse al veneno que allí vendían.