El paisaje de Monclova y sus alrededores, desiertos, carreteras, casas viejas y ruinosas son los escenarios de los cinco cuentos que conforman Suelten a los perros. Este libro se lee como una constelación; cada relato tiene su propio impulso y ritmo, pero los detalles y lazos en común resultan en una figura orgánica, guiada por una recurrente imposibilidad amorosa.
Una y otra vez, sus personajes encuentran en lo cotidiano una puerta abierta a los conflictos, pero ante ellos sólo la pasividad, la renuncia y la huida les están dadas. Mínimos héroes trágicos de pequeñas derrotas que se vuelven definitivas, la extraordinaria tensión narrativa y el largo y profundo aliento de estos relatos de gran fuerza les dan una dimensión universal.
Luis Jorge Boone cuenta sus historias con una prosa veloz y un don narrativo innegable que se expresa en la lengua del desierto norteño, en el habla particular de personajes que se ocultan tras una sencillez misteriosa, en delicado equilibrio entre el humor y la tragedia.