No hay que depositar un poder tan amplio en manos de los maridos. Hemos de recordar que todos los hombres serían tiranos si tuvieran la ocasión. Si no se presta a las señoras un cuidado y una atención especiales, estamos dispuestas a suscitar una rebelión, y no nos lo impedirán unas leyes que ni nos dan voz ni nos representan.