Los abundantes viajes de Heródoto por el ámbito mediterráneo y más allá le permitieron no sólo conocer multitud de escenarios relacionados con su Historia, sino conocer culturas y concepciones del mundo diversas.
Heródoto nació en Halicarnaso de Caria, en la costa sudoccidental de Asia Menor, poco antes de la campaña del persa Jerjes contra Grecia (480–479 a.C.). Como otras ciudades de la zona, Halicarnaso se hallaba bajo una tiranía apoyada por Persia; su familia conspiró contra el tirano Lígdamis, cuyo triunfo final determinó el exilio de Heródoto a la isla de Samos. Aquí entró en estrecho contacto con el espíritu jonio y amplió el bagaje cultural adquirido en su patria. Después, aprovechando una época de distensión entre griegos y persas, viajó a los principales lugares de la Tierra conocida en sus días, donde recopiló toda suerte de informaciones (en la historiografía griega el procedimiento básico era la observación personal y las fuentes orales, a diferencia de la moderna, más libresca): Egipto –ciudades del Delta del Nilo, Heliópolis, las pirámides, Menfis, El Fayu, Tebas y Elefantina–, Fenicia, tal vez Mesopotamia, Escitia (actual Ucrania), la Magna Grecia y Sicilia. No pudo, en cambio, visitar el Mediterráneo occidental, dominado por una Cartago que rechazaba a los griegos. Además, recorrió la mayoría de las islas y regiones de la cuenca Egea, de Asia Menor y de la Grecia continental, y sin duda residió un tiempo en Atenas. Obtuvo la ciudadanía de Turios, donde se consagró a la redacción de su obra, que no quedaría terminada hasta los primeros años de la Guerra del Peloponeso. Se ignora la fecha (c. 430 a.C.) y el lugar de su muerte, sumida en la bruma que él disipó de la historia.
A partir del libro VII se aborda el último y más crucial enfrentamiento entre griegos y persas: la Segunda Guerra Médica. Tras la muerte de Darío cuando se disponía a organizar una nueva campaña contra Grecia, Jerjes, el nuevo monarca, decide entrar en guerra y lanza una formidable expedición desde las diversas zonas del imperio. El ejército cruza el Helesponto por unos puentes hechos ex profeso y avanza hacia el norte de Grecia, con innumerables efectivos terrestres y navales. Heródoto describe los preparativos de la resistencia griega, la progresión naval y terrestre de los persas hasta el sur de Tesalia y el enfrentamiento en las Termópilas (por tierra) y en Artemisio (por mar).