Nunca se va. Siempre está ahí, observando, constante, conociéndonos en nuestros momentos luminosos y oscuros, cambiando siempre igual que nosotros. Todos los días es una versión diferente de sí misma. A veces débil y lánguida, a veces fuerte y llena de luz. La luna entiende lo que significa ser humano.
Incierta. Sola. Con cráteres de imperfección.