De principio a fin, lo amé. Necesito tenerlo en físico y regalarlo varias veces. Sara Uribe tiene una nueva y fiel admiradora.
Veo este libro como un buen ejemplo de creatividad literaria y al mismo tiempo como un ejercicio de reflexión y sinceridad en torno al difícil mundo de la escritura.
Recomiendo el texto de Sara Uribe para todas las personas que pensamos escribir y publicar algún día.
Y faltaría también un óvalo de irónico.
Poemas que irónicamente va planteando las preguntas sobre la escritura de poesía y sus diversas complicaciones con la vida cotidiana (el pago de la renta, de un seguro médico y más). ¿Cuánto valen los poemas? ¿Mil pesos? También propone una efectiva lectura visual. Me encantó que retomara fragmentos de la poesía de otras poetas para crear su propuesta
Qué libro tan maravilloso quiero que lo hagan rap.
Sara Uribe arroja las preguntas adecuadas sobre la escritura de poesía, sobre los límites de la poesía, sobre la autoimpuesta por convenida y conveniente, manera que adoptamos de entender lo poético. Se lee con claridad, contundencia y agrado, una necesaria reflexión y gran reflejo. Retrata las grandes incertidumbres del estilo de sobrevivencia al que escritoras y escritores se suscriben y el abuso editorial que se ha normalizado en nombre del buen gusto y la mejor explotación de las escrituras que cuestan todo pero no cobran nada.
Un libro que dice y fórmula todo lo que en algún momento pensamos y no supimos decir, genial!
Festejo en mis adentros por esta pieza de puro oro solido
¡¡¡Genial!!!
Simplemente genial.
Letras frescas, desenfadadas al relatar "su enfado" ;) Un respiro de vida VERDADERA en palabras transparentes. DE LO MEJOR y la confirmación de que la poesía está en todo, siempre, pero que existen testigos privilegiados para cribarla y destilarla hasta su quintaesencia.
Me encantó.
Lo de: "queremos un poema a meses sin intereses, abierto las 24 horas del día" etc... Es de las ocurrencias más geniales qué he leído en mucho tiempo.
Humaniza a los poetas y a los poemas, los aterriza, los desacraliza, vamos, qué nos los acerca y nos contagia porque todos nos hemos visto desinflando un poco el globo de los sueños para pagar la renta...