¿Pudo haber grados de «audición», de una concentrada escucha interior en medio de silencios ya no accesibles a nosotros, tan intensos como para dotar a la conciencia de una inmediatez con la metáfora, con la imaginería, con lo que he denominado la «presencia real» del significado, el hecho de que éste «tome cuerpo», después inaccesible? La creencia judaica en que Elías fue el último hombre que miró a Dios cara a cara,