Y pensé en Fredy, que tal vez nunca iba a conocer un sitio como éste, porque nos estaba vedado, como tantas otras tiendas, discotecas, cafeterías, cines, espacios donde la gente como nosotros nunca entraría, no porque no encajáramos, sino porque nosotros mismos habíamos bloqueado todo eso, ese otro espacio interior, porque nuestros territorios eran otros, la calle, los baldíos, las escuelas, los gimnasios de poca monta, las escuelas técnicas, los tacos de carne asada de los fines de semana, la ropa de segunda, el mercado Fundadores.