Con El camino de la autodependencia hemos aceptado el desafío de encontrarnos a nosotros mismos. Con El camino del encuentro hemos explorado nuestra capacidad de involucrarnos con los otros, nuestra capacidad de comprometernos en un vínculo.
En este tercer tramo del camino, será necesario aprender que muchas de las personas, situaciones y cosas con las cuales nos hemos encontrado, las tendremos que dejar atrás. Bucay sostiene que no hay posibilidad de realizarse como persona, de ser feliz, en tanto no seamos capaces de dejar aquello que ya no está. El autor nos propone recorrer una serie de etapas en este proceso que constituyen un esquema cuyo primordial objetivo es la invitación a la reflexión.