Y entendemos que la idea más originaria, la primera que el hombre descubre cuando abre los ojos al mundo, la que tiene cualquier animal o planta, es la de identidad, también su contraria, la de desidentidad. Seguidas a ésta, como hemos de ver, se descubren en seguida las ideas de simultaneidad y la de sucesión: la primera nos lleva a la noción de espacio, la segunda a la de tiempo.