Sin límites

así que me enamoré de manera tempestuosa.

Tenía un dedo destrozado y el cuerpo hecho polvo, ¿y se reía?

Cuando les pidieron que se pusieran la ropa del hospital, protestaron.

la otra mujer se echó a reír. A reír de forma tan incontrolada y a tal volumen que la escena del patio se quedó congelada.

No podía expresar con palabras lo que sentía por el sacrificio de Assad

Nadie iba a ponerse a curiosear en el centro mientras los dos hombres siguieran vivos

Nadie iba a ponerse a curiosear en el centro mientras los dos hombres siguieran vivo

Era casi como tener de nuevo a un Frank joven, y eso la emocionó.

Muchos años antes, alguien talló una figura de madera del hombre que se le acababa de declarar

moreno habría recurrido a extremos que no eran del gusto de policías civilizados