«La luna, enigmática como la noche, es la dama de blanco y faro del oscuro horizonte. De siempre hechicera gitana y además testigo de legados trascendentales para su gemela; la tierra. Ella está perturbando inquietantemente a Sir Yopkin. ¿Acaso algo presentirá de entre su pedantería que lo caracteriza?
La luna; por lo mismo que la mujer cumple con sus periodos cíclicos de renovación.
Al igual que es responsable de la gente por influenciarla entre sus diversas conductas, que por ende penden de ese mismo ciclo lunar. Por último; es mediadora de la feminidad a lo que como reacción ellas manifiesten.
El autor.»