porque, a pesar del aislamiento, o debido a su salvajismo, debemos edificar una ética sólida, un vínculo capaz de unirnos (al menos de modo imaginario) con esos otros que no existen, esos otros que nunca nos acompañan pero son nuestra única certeza, ¿entiendes, amor mío?, allí está el sentido de la revolución: reducir esa soledad apabullante (limar su poder) para construir algo con los otros o para los otros (de construir algo juntos, jos, jose, josefa, josefita, contigo y para ti), porque, a pesar de todos los desengaños y de todas las mentiras, uno debe luchar contra el egoísmo, contra la muerte, contra la falta de razón,