Y como esa expectativa ha sido muy penosa para mí, cuanto antes se resuelva mejor. Una vez más exige usted, mejor dicho, solicita una contestación. Permítame que se la repita, porque es la misma de antes: espere. Una vez más le digo que todavía no he llegado a una decisión, y que no puedo darle promesa de ser su esposa. Esto no se obtiene a la fuerza, Pavel Aleksandrovich. Pero para tranquilizarle le digo que todavía no le rehúso definitivamente. Note usted además que, al darle ahora esperanzas de una decisión favorable, lo haga sólo por corresponder a su impaciencia e intranquilidad. Repito que quiero quedar completamente libre en mi decisión y que si la contestación final es negativa, no deberá acusarme de haberle dado esperanzas. Así, pues, aténgase a eso