Hacemos enunciados sobre hechos sociales que son completamente objetivos, como «Barack Obama es presidente de los Estados Unidos» o «El trozo de papel que tengo en la mano es un billete de 20 euros». Sin embargo, estos hechos solo existen porque pensamos que existen. ¿Cómo podemos tener un conocimiento objetivo de los hechos a partir de una realidad creada por opiniones subjetivas? ¿Cómo podemos dar cuenta de nosotros mismos, con nuestros rasgos humanos peculiares –mente, razón, libertad, sociedad– en un mundo formado de partículas ciegas y brutas? ¿Cómo podemos explicar nuestra existencia mental y social en un reino de hechos físicos brutos?
Lejos de proponer diferentes ámbitos de existencia, mental y físico o, peor aún, mental, físico y social, John Searle muestra que hay una sola realidad, y cómo la realidad humana encaja en esa única realidad. Mente, lenguaje y civilización son productos naturales de los hechos básicos del mundo físico. Aquí se explora la función del lenguaje en la creación y el mantenimiento de las instituciones sociales. Se explica cómo el lenguaje crea y distribuye relaciones de poder, omnipresentes y con frecuencia invisibles, que motivan las acciones humanas de tal manera que proporcionan el adhesivo que mantiene unida a la civilización. Y esta explicación es capaz de aclarar la racionalidad humana, el libre albedrío, el poder político y los derechos humanos.
NUESTRO MUNDO SOCIAL ES UN MUNDO QUE EXISTE Y SE MANTIENE A TRAVÉS DEL LENGUAJE.