el corazón: los deseos de la carne (deseos desordenados y dominantes de placeres sensuales, por ocio y comodidad y gratificación de lo físico; cf. Gn 3.6; 19.33, 35; Ec 10.16-17; Lc 21.34; Pr 23.29-35; 23.20, 21; 21.17; Nm 11.1-34; Ro 13.11-14); los deseos de los ojos (codicia y avaricia, un deseo dominante de beneficio o cosas materiales: cf. Pr 28.22, 23; Jos 7; 1 R 21; Ec 4.8; 5.9-11; Dt 15.19; 1 S 25.11; 1 Ti 6.9, 10; Co 3.5; Mt 6.18-34) y la vanagloria de la vida (deseo desordenado de grandeza en sí y para sí mismo, ser aceptado y aprobado, tener poder y estar en control, ser reconocido y respetado y ser considerado como exitoso,