En Contrato familiar, Virginia Anderson explora los deseos postergados, construcciones ilusorias y remordimientos perennes que constituyen la trama de una familia singular.
En una narración que abarca al mismo tiempo décadas, diásporas dolidas y una aguda noción de presente, la autora logra integrar la descripción de detalles mínimos y la crudeza brutal de actos a la vez cotidianos y delirantes, en escenas construidas de un modo preciso, sensible y sentido. La novela convoca a un tiempo lo trágico y lo cómico, pero incluso en sus momentos de mayor absurdo conserva un muy palpable realismo, que invita a vivir las situaciones y diálogos descritos como si se tratara de hechos absolutamente reales.
Esta novela delicadísima, cargada del peso de las eras y efímera a la vez, dejará en el lector la sensación de abrir una caja de recuerdos muy personal, que se le presenta bajo la aureola de misterio que alumbra los objetos preciosos legados en un testamento.
Pablo Casacuberta