Linden Hills

un suspiro, Luther dio la espalda a la ventana. Los troncos ardiendo en la guarida parecían resaltar cada hueco vacío, cada rincón que solo debería colmarse de oscuridad.

Pero bueno, es un reflejo de los tiempos que corren. Hoy en día, las mentes más jóvenes están atontadas por la televisión y otras sensaciones visuales. Cuando la lectura era uno de los pocos placeres a nuestro alcance, podíamos recitar pasajes enteros para pasar el rato.

Lo siento mucho, pero no puedo llorarte. Duele demasiado morir así.

Entierras una forma de vida para empezar otra; pero, si me aguantas otra metáfora al respecto, después de cada muerte hay una resurrección, Winston, y, con suerte, el paraíso.

Pero estas hojas que te engañan te llevan al peligro,

porque a estas hojas y a mí no nos entenderás,

te eludirán al principio y luego más aún —yo ciertamente te eludiré—

aun cuando creas que me atrapaste, mira,

ya ves que me he escapado de ti.