Esta es la historia del viaje físico, pero también sentimental, que emprende el joven Darío a bordo de un barco mercante que recorre buena parte de los océanos huyendo de sí mismo y de una infancia marcada por el abandono de su madre, que se dio a la fuga con su cuñado cuando Darío era un bebé. Ahora que ha crecido y madurado vive en permanente búsqueda de esos dos fugitivos para preguntarles, sencillamente, por qué. Y es también la historia de San Andrés, un pueblo asturiano habitado por personajes como Francisca, la tía de Darío y una pescadera de armas tomar, o Elva, la argentina echadora de cartas, o, incluso, el propio padre de Darío, el farero del lugar, un hombre aferrado a su promesa de no salir jamás del faro hasta que su amor regresara.Con un tono envolvente y onírico Los marinos prudentes leen las olas entre paréntesis se nos presenta como un texto lúcido y evocador, y su autor, Carlos Fernández Salinas, como un narrador capaz de conducirnos, con su prosa serena, mágica e irónica, a lugares imaginarios que llevan a un destino inusitado: la pervivencia del recuerdo como única realidad certera a la que aferrarse.