Existe una filosofía enrevesada y soberbia, construida a partir de grandes sistemas de pensamientos que aspiran a fundar la realidad. Luego se abre otra militante y aplicada, basada en el nosotros y en el nosotras, preocupada por sus efectos sobre los más despreciados. Ambas filosofías no se encuentran tan alejadas, aunque la recuperación de su maridaje, como sucede en la creación de un buen vino, requiera años de estudio y reiteradas dosis de compromiso con la realidad, reflexión y escucha. Este libro invita a indagar cómo la vía de Séneca ofrece resultados en los colectivos más vilipendiados, a huir del fácil seguidismo de la ideología del sistema y a convertir la angustia y las dificultades en recursos genuinos. La ironía, el sarcasmo y la filosofía crítica serán nuestros acompañantes. El texto desafía a ciertas filosofías a salir del postureo paternalista que exiben frente a las políticas tercermundistas. Este libro tiene hambre, hambre de filosofía.