Nunca antes en la historia de México había muerto tanta gente asesinada como en los años anteriores. La política confrontativa del presidente Felipe Calderón, que había gobernado de 2006 a 2012, elevó la tasa de homicidios a cifras nunca vistas, al menos desde tiempos de la Revolución, cien años atrás. Con Enrique Peña Nieto la tendencia aumentó. El año 2018 fue el más violento en México desde que se tienen registros.
Son más de 200,000 asesinatos1 y 40,000 desaparecidos2 desde 2006. Es una gran herida social y muchos periodistas la hemos narrado en infinidad de ocasiones en textos profundos, con análisis sesudos, decenas de notas en la TV, revistas y libros. La mayor parte de esas historias –y esa mayor parte es una mayoría abrumadora– ha sido contada desde la memoria y el dolor de las víctimas.