Estaba a punto de dar una gran conferencia frente a miles de personas. Faltaban veinte minutos para que me llamaran al escenario, por lo tanto, estaba repasando mis notas. Mientras leía, un hombre grande y fornido entró al camerino en el que me encontraba.
Al hombre lo reconocí inmediatamente; era Bo Jackson. Por si no sabes quién es, Bo Jackson es uno de los atletas más exitosos de la historia, ya que es una superestrella en dos de los deportes más populares en Estados Unidos: el béisbol y el fútbol americano.
Ya te imaginarás mi sorpresa cuando lo vi entrar, Bo Jackson era como un superhéroe para mí cuando era niño.
Me presenté y le dije lo sorprendido que estaba al verlo entrar a mi camerino, y me comentó que estaba buscando a un amigo suyo que también iba a presentarse en el escenario. Cuando le dije que yo también iba a dar una conferencia, se interesó y me preguntó de qué tema iba a hablar. Le contesté:
«Voy a hablar del juego mental. Más concretamente de cómo utilizar los Alter Egos para dar lo mejor de uno mismo».
Al oír mi respuesta, Bo ladeó la cabeza ligeramente y entrecerró los ojos como si lo que acabara de decir hubiese provocado alguna emoción en él. Al cabo de unos segundos, sonrió y dijo: «Ahora que lo mencionas, ¿sabes algo? Bo Jackson nunca jugó un partido de fútbol americano en toda su vida».
Mi asombro fue mayúsculo. Y, después de mi sorpresa, sonreí y le dije: «Mmm, vale…, interesante. Cuéntame más».
Me informó de que, de joven, tenía problemas para controlar sus emociones y que, debido a ello, siempre se metía en problemas por sus arranques de ira. A menudo se peleaba con algún miembro del equipo contrario cuando competía y respondía violentamente ante la más mínima provocación. Lo que ocasionaba que lo sancionaran frecuentemente.
Sin embargo, un día, mientras veía una película, se quedó fascinado por la naturaleza impasible, implacable y fría de Jason. ¿Te suena de algo ese nombre?
Jason era el asesino que llevaba una máscara de hockey en las películas de Viernes 13.
Durante la película, Bo tuvo una idea. Decidió que en el campo de fútbol americano ya no sería Bo Jackson, sino que empezaría a ser Jason y dejaría la ira sin control afuera.
En el camerino, Bo me explicó que Jason vivía solamente en el terreno de juego. Cuando él salía del vestuario y llegaba al campo, Jason entraba en su cuerpo y tomaba el mando. Jason, para Bo, era lo que se denomina un Alter Ego.
Cuando el Alter Ego aparecía, el Bo Jackson impulsivo y propenso a las peleas se transformaba en un personaje frío, implacable, impasible y disciplinado.
El hecho de tomar una identidad diferente le ayudó a concentrar cada gota de su talento y su capacidad y le permitió aparecer en el terreno de juego sin ningún tipo de problema emocional que interfiriera con su rendimiento.
Un Alter Ego es una herramienta útil que te ayuda a ti, a mí y a otras personas a enfrentarte a la adversidad con más resiliencia. Exploramos nuestro lado más creativo y, a la vez, nos protegemos a nosotros mismos. En esencia, es decidir de forma más consciente quiénes intentamos ser en ciertas circunstancias.
Al terminar de contar su historia, le platiqué este concepto del Alter Ego. Para él, crear un Alter Ego era algo a lo que recurría de forma natural. Y Bo pensaba que él era el único que lo hacía, pero no es así.
Durante décadas, hemos pasado por alto las señales que nos ha dejado la historia que indican que el Alter Ego es una parte natural de la condición humana, y lo que hizo Bo es prueba de ello.
Puede parecerte un truco de magia, pero no es así. El Alter Ego es muy real, y su efecto está respaldado por investigaciones en el campo de la psicología. Negarlo es negar la herramienta que utiliza la gente de élite en todos los campos profesionales.