Este trabajo llena un vacío explicativo e informativo con respecto al estado actual del activismo político y de la reflexión teórica del feminismo latinoamericano a partir de la década de 1990. La autora, con base en algunas preguntas retóricas muy bien elaboradas, da cuenta del por qué tanto el movimiento como el pensamiento feministas latinoamericanos perdieron fuerza crítica y radicalidad en sus acciones y juicios, dejando de sustentarse en sus propias prácticas y en el espíritu de experimentación, fundamentales en su trayectoria histórica.
Francisca Gargallo va demostrando con datos y argumentaciones convincentes la relación entre el viraje semántico de los estudios de género junto con el auge de financiamientos, con la pérdida de la autonomía del activismo y del pensamiento feminista latinoamericano, acompañado con la emergencia nada inocente de lo que llama “feministas visibles”, convincentes con la figura de «expertas en políticas de género”.