Veinticinco años después del retorno a la democracia, siguen vigentes el fundamentalismo del mercado y el fundamentalismo del Estado, como si no se hubiese aprendido nada de lo que sucedió entre 1970 y 1990.
Persiste en Chile la idea de que hay sólo dos opciones dicotómicas opuestas en la solución de los problemas económicos. La lógica de la mayoría de los economistas chilenos sigue anclada en la polarización dual que existió entre 1970 y 1990.
Esta persistencia es un subproducto de los ideologismos de esos años, que siempre tuvieron ambiciones refundacionales, para lo cual apuntaban a la destrucción del pasado y de la historia. Cada época enfrenta el mismo desafío: o aprende de sus experiencias o parte de cero en cada recambio generacional.
Este libro va en la dirección de la memoria. Propone aprender de la historia, porque ella nos explica lo que somos, y porque «somos también lo que recordamos».
Esta nueva edición aumentada y actualizada revisa la vigencia de los postulados en este libro de hace veinte años.