«La muerte es mi amiga, la amiga más amiga, una verdadera amiga que nunca me abandona». Puede parecer morboso el hecho de contemplar la muerte el día de tu cumpleaños. Pero, cuando piensas en ello, ves que la muerte es una parte de la vida. Recordarnos a nosotros mismos la muerte es lo que nos permite vivir la vida a fondo, y aprovechar este tiempo que tenemos en esta tierra. Como consecuencia, la muerte es una amiga porque nos recuerda el valor de la vida.