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Circe Maia

Un viaje a Salto

  • Pato Pereyrahas quotedlast year
    Algo que he descubierto: la gran cantidad de mecanismos de defensa que ponemos en juego contra el sufrimiento. Uno, negar las causas, minimizarlas. Esto, realizado por ellos, es valeroso. (Sí estamos bien, dormimos bien, no te preocupes). Realizado por nosotros, es vergonzoso. «¡Si están lo más bien!», decía una señora, madre de un muchachito del P.O.R. «Pensar que los vemos una hora entera a la semana, además, y no media hora cada quince días como a los del Penal de Libertad».

    Negar el sufrimiento, compararlo con otro peor, habituarse a él, he ahí tres mecanismos de defensa que entran en juego, constantemente. Entonces todo tiende a parecer natural. En las largas filas frente a los cuarteles, colas de gente esperando la visita, se oyen a veces risas. ¡Ah!, el humor también
  • MJhas quoted3 years ago
    Cuando el miedo dura mucho, se transforma. Se vuelve valentía, no: acostumbramiento. Eso. En definitiva, cuando uno tuvo demasiado
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Miro el rostro de la que me habla. Ha sido arrasado por el sufrimiento. Ella tenía un modo de hablar sonriendo a veces irónicamente con los ojos brillantes. Ahora todo lo que asoma en el rostro es amargura. Todavía sonríe y hubiera preferido que no lo hiciera. Me resulta doloroso mirarla. Me muestra dibujos, cuentos, poemas. Su esposo estuvo cuatro meses en confinamiento solitario y le fue muy difícil esa experiencia. Ahora está acompañado y trabaja como químico en el Penal mismo.
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Sin duda la verdadera piedra de toque de lo que llamamos realidad es la posibilidad de ser integrada, de ser asimilada a nosotros. Un hecho demasiado disonante con el resto de nuestra experiencia será considerado irreal, fantástico. De ahí procedía esa inversión de la dualidad realidad-sueño, inversión que no podía durar demasiado ni intensificarse sin que se perdiera la estabilidad mental.
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Hay gente no tan joven, a la que maltrataron demasiado o demasiado tiempo: esos no se recuperan. Andan ensimismados, no se integran, no salen de sí mismos.»

    ¡Salir de uno mismo!, he ahí una expresión clave.
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Conversando conmigo —un rostro inteligente, de mirada viva, el pelo todavía creciendo mal después de tantas rapadas—, me decía: «Es increíble la capacidad de recuperación que tiene la gente. Allá en Libertad hay gran solidaridad, gran compañerismo. La gente en general está con un ánimo bárbaro».
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Hay soldados rasos, gente de campaña, que tienen gestos muy humanos. «Que tenga paciencia el doctor —me dijo uno de ellos un día—, ahora no tiene más remedio que aguantar y aguantar.» Yo quería que se dijera; resistir y esperar, pero yo estaba afuera, hablaba otro idioma.
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    ¡Ah!, el humor también, olvidaba citar el principal elemento de defensa. Vuelvo a distinguir adentro y afuera del cuartel. Entre ellos, adentro, eso es admirable. Si algún compañero anda caído, nos dicen, ya aparece la broma, la actitud risueña, aun el humor negro.
  • Ana Saenzhas quotedlast year
    Negar el sufrimiento, compararlo con otro peor, habituarse a él, he ahí tres mecanismos de defensa que entran en juego, constantemente. Entonces todo tiende a parecer natural.
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