Trilogía Fundación

Échalo a cara o cruz o adivina.

Si no te gusta, Wienis, ordena tú a los sacerdotes que vuelvan a sus puestos. A mí no me apetece

Ordénaselo tú, Wienis, a ver quién está jugando con fuerzas que lo superan

si la idea se les atraganta, beban un poco de agua para empujarla.

he cumplido en vida con mi cometido y, dadas las circunstancias, recibiré con gusto a la muerte

identificación por mi parte con esa mística generalización a la que aplicamos el término de «hombre»

Dudaba, en cambio, que algún día lograra acostumbrarse a la inmensidad

Sabía que la desilusión que lo embargaba era algo infantil, pero lo infantil es potestad de los adultos tanto como de los niños