Recomiendo además que dentro del fichero se refleje el nombre del archivo, sea en la carátula de los planos, sea en el encabezado de los documentos. Es algo que en general se puede hacer de manera automatizada y nos permitirá reconstruir el camino para localizar cualquier archivo digital a partir de su copia impresa. Es decir, si el archivo se llama, como es el caso de este borrador, “050_0208_170728_consejos_para_el_proyecto.docx”, y en el encabezado de cada página figura este código, yo no solo sé de qué fichero se trata, sino que sé dónde lo tengo guardado (en la carpeta 050_0208) y de qué fecha es (28 de julio de 2017). Cuando se manejan miles de archivos —y con el tiempo todos acabamos manejando miles de archivos—, es una ayuda fantástica