Las obras de arte más originales, las grandes decisiones políticas y las opciones personales dependen de alguna manera de un arco de posibilidades disponibles en nuestra propia cultura. No podemos simplemente desvincularnos del uno de nuestra comunidad (cf. SuZ: 224, 237-238 y 505-506 / SyT: 192, 201 y 399). La propiedad no implica deshacerse de nuestra propia tradición (lo que es imposible), sino apropiársela de manera genuina, abriendo y persiguiendo nuevas posibilidade