A lo mejor es que nuestra gran familia tiene que vivir unas veces en un páramo, otras en una cueva o en lo alto de un árbol, en una isla o en una playa, según nos conecten los ciclos naturales con el mar, la tierra, el cielo y el infierno», he sugerido, «¿suena posible?». «Sí, sí, por supuesto que es posible moverse de un lugar a otro, variar», me han respondido