Desde hace décadas parece que una buena parte de los males del planeta se concentra en el continente africano –genocidios, guerras civiles, pandemias, la explotación continuada de sus recursos naturales y humanos y, si tiene razón el Pastor Melo Nzeyitu Josias (ver El gran complot, capítulo 9), también el asesinato de Simeón Toko, el maestro espiritual más grande en la Tierra desde Jesucristo, nacido en suelo africano entre los más pobres para traer su reino de paz a la Tierra.