Te veo leer, aunque no sepa tu nombre.
Las palabras nunca son las cosas.
Sonríe cuando camines por la calle.
Alguien nos está escribiendo.
Las palabras nunca son las cosas.
El mar parece copiarse en cada ola,
pero no podemos decir que sea el mismo mar
cada vez que pasa su lengua sobre sus labios,
sobre tus labios,
como teniendo sed,
como teniendo hambre.
Veamos, una sed nunca es la misma,
porque el agua que se acabe tomando
tampoco lo es.
¿Nunca has mirado cómo se descongela un río?